MISTERIOS GOZOSOS


MISTERIOS GOZOSOS



1º LA ANUNCIACIÓN



Padrenuestro.
1-Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María (Lc. 1,26- 27). Avemaría
2. Alégrate, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. (Lc. 1, 28, 42). Avemaría.
3. María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.. (Lc. 1, 29). Avemaría.

4. Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios.. (Lc. 1, 30). Avemaría.

5. Concebirás en tu seno  y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. (Lc. 1, 31). Avemaría.
6. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David (Lc. 1; 32, 33). Avemaría.

7. María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?»
(Lc. 1, 34). Avemaría.

8. Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; (Lc. 1, 35). Avemaría.

9. Por eso el Hijo, en Ti engendrado, será Santo, será Hijo de Dios. (Lc. 1, 35). Avemaría.
10. Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la dejó el ángel (Lc. 1, 38). Avemaría.
Gloria al Padre...

2º. LA VISITACIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL 



Padrenuestro.
1. Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
(Lc. 1, 39-40). Avemaría.
2. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo. (Lc. 1, 41). Avemaría.

3. y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! (Lc. 1, 42). Avemaría.

4. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!».      (Lc. 1, 45). Avemaría.

5. María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor,
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz. (Lc. 1, 46-48). Avemaría.

6. me dirán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! (Lc. 1, 48, 49). Avemaría.

7. Santo es su Nombre y su misericordia alcanza en generaciones a los que le temen. (Lc. 1, 49-50). Avemaría.

8. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes               (Lc. 1, 51). Avemaría.

9. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes.                              (Lc. 1, 52). Avemaría.

10. Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías. (Lc. 1, 53). Avemaría.
Gloria al Padre...


3º. EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN


Padrenuestro.
1. Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto (Lc. 2,6). Avemaría.

2. y dio a luz a su hijo primogénito. (Lc. 2, 7). Avemaría.

3. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa  (Lc. 2, 7). Avemaría.

4. En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños, Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados  (Lc. 2, 8-9). Avemaría.

5. Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. (Lc. 2, 10). Avemaría.

6 Hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor.           (Lc 2,11) Avemaría.

7. «Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia.» (Lc. 2, 14). Avemaría.

8 . Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a JerusalénAl entrar a la casa vieron al niño con María, su madre. (Mt. 2; 1, 11). Avemaría.

9. se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra  (Mt. 2, 11). Avemaría.

10. María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior. (Lc. 2, 19). Avemaría.
Gloria al Padre...

4º. LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO



Padrenuestro.
1. Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, Lc. 2, 22). Avemaría.

2.  Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él. (Lc. 2, 25). Avemaría.

3. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor. (Lc. 2, 26). Avemaría.

4. El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley,
Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras (Lc. 2, 27-28). Avemaría.

5. Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho (Lc. 2, 29). Avemaría.

6. Porque mis ojos han visto a tu salvador,
que has preparado y ofreces a todos los pueblos, (Lc. 2, 30-31). Avemaría.

7. luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel. (Lc. 2, 32). Avemaría.

8. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, (Lc. 2, 34). Avemaría.

9. Mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.» (Lc. 2, 35). Avemaría.

10.  Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él.
 (Lc. 2, 39-40). Avemaría.
Gloria al Padre...

5º. JESÚS PERDIDO 

Y HALLADO EN EL TEMPLO EN MEDIO DE LOS DOCTORES DE LA LEY




Padrenuestro.
1. Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser.
(Lc. 2, 42). Avemaría.

2.  Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. (Lc. 2: 43). Avemaría.

3. Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo. (Lc. 2, 45-46). Avemaría.

4. Sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciendo a la vez sus preguntas. (Lc. 2, 46). Avemaría.

5. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
(Lc. 2, 47). Avemaría.

6. Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» (Lc. 2, 48). Avemaría.

7. El les contestó: «¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Padre?»
(Lc. 2, 49). Avemaría.

8. Pero ellos no comprendieron esas respuestas. (Lc. 2, 50). Avemaría.

9. Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón. (Lc. 2,51). Avemaría.

10. Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres.
(Lc. 2, 52). Avemaría.

Gloria al Padre...

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